domingo, 15 de mayo de 2011

Una Herrera muy guerrera.

Se abre el telón: "ooooooooohhhhhh". Una exclamación. Vaya pedazo de trabajo realizado por los montadores de la escena. Convirtieron al pequeño auditorio sanvicentero en un salón de un piso lujoso situado en frente de la puerta de Alcalá de Madrid (que se veía al fondo del ficticio ventanal). Con un escenario así, cualquiera se siente como en casa. Y eso le pasó a Mati (de Matilde), que andaba de aquí para allá con una ligereza y agilidad que no puede hacer cualquiera que no tenga unas piernas tan fibradas como las suyas. Y con tacones. Con siete pares de tacones, concretamente, combinados a la perfección con los siete trajes de siete colores diferentes que mostró la diva escénica encima del escenario durante toda la obra. El atuendo, el envoltorio, espectacular. Y Lola como fuente incansable de juventud que encima hacía reír gracias a su plante y a sus tablas.

Querida Matilde es una obra original de Israel Horovitz, adaptada en España por Juan Luis Iborra y Antonio Albert, quienes además dirigen el montaje. El argumento es sencillo, aunque quizás algo surrealista: una señora vende su casa a un hombre que habrá de mantenerla hasta que ella muera.

Entonces llega Mati (de Matías) a darle un poco de conflicto moral con acento boludo a la ligera comedia, y ahí ahí se quedó. El personaje que representa Daniel Freire acaba de heredar la casa de su padre, y se encuentra que ha de mantener vitaliciamente a su "tocaya", que sorprendentemente decide acogerlo en el hogar por fecha indefinida. Y para terminar de presentar a los personajes, llega la hija malaleche, con un genio de perros y un fondo de "en el fondo" algo precediblemente sensible.
El hilo cómico no se llegó a abandonar, aunque tampoco era excesivamente fuerte, te hacía mantener la media carcajada durante la obra y bien. Dramas que se convierten en humor, y gracias un tanto dramáticas, con un argumento un poco ficticio para basarse en una situación real, y unos personajes muy tolerantes y desenfadados, así nos presentaba la Herrera su último trabajo en los escenarios. "No tengo más ganas de hacer drama, ahora sólo quiero comedia", nos decía a la salida. Que siga así, mientras ella esté al frente de la batalla. Si no, esta guerra está perdida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario