domingo, 17 de abril de 2011

Aquí nadie nos oye.

Sólo nos leen. Pero... ¿Al leer no resuenan las palabras con un tono en nuestro cerebro? ¿La voz del pensamiento, quizás? Ahora sí, hay muchos métodos para comunicarse, esto de la tecnología está permitiendo que hablen las manos, los dedos y se calle la boca para poner puntos sólo con el teclado. Pero existe un elemento que cada persona posee como único, inigualable: la voz. Ayer también se celebraba su día mundial, su cántico sin canción. Y ahora trasladamos a nuestro territorio tablero/tablil, este elemento tan excepcional.

Si asistes a alguna clase de interpretación, una cosa: dos principios fundamentales, tres elementos. "Las herramientas más valiosas de un actor son su cuerpo y su voz". Es el principio, la base y lo fundamental. ¿Quién no ha disfrutado escuchando una voz plácida que retumba en las paredes de un teatro? La voz, el timbre, el tono... La entonación en un teatro clásico, el do de pecho en un musical, son elementos imprescindibles de la escena, y que a la vez ponen el decoro y la importancia a lo que hay que interpretar.
Es tan importante si un actor te capta con la voz en el teatro... Tanto como si alguno habla tan flojito que no se oye y te hace desconectar, o si sus frases son tan planas que no te dicen nada...

Os dejo un fragmento de Urtain, una obra de las mejores que ha pasado a la historia del teatro español. Roberto Álamo, protagonista, nos habló durante un buen rato a la salida del teatro, del registro de su voz y de la voz de su Urtain (que no se parecen en nada). Su voz es de las que hablan solas...





Un fragmento de la fonoaudióloga misionera, Alicia Orfila: "la voz humana es algo asombroso, los tonos que empleamos, las palabras que elegimos…..todo ello conforma nuestra identidad, nuestra personalidad vocal. Para pedir un café, jurar amor eterno, declarar la guerra o alabar desde lo más profundo de nuestro corazón no hacemos otra cosa que respirar y crear sonidos".

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