Tenía muchas ganas de traer a las tablas virtuales a los clásicos nacionales, a la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC para los amigos), que ayer convirtieron el Principal de Alicante, en el pueblo de Zalamea.
Un "alcalde de Zalamea" (dirigida por Eduardo Vasco) de aplauso de casi cinco minutos, un Calderón de la Barca que revivió de la mano de 18 actores. Sin apenas escenografía, más que una tabla de madera horizontal y otra vertical. Actor que no estaba en la tabla, se hallaba sentado en uno de los dos laterales de la superfície, en oscuro. Ayer dejaron claro que no hacen falta grandes peripecias estrambóticas para encontrar buen teatro y del antiguo.
Para situar a los lectores en la obra, "El alcalde de Zalamea" fue escrita por Calderón de la Barca sobre el año 1640. Es una de las obras más significativas del teatro español del Siglo de Oro. Su argumento: uno de los labradores mejor posicionados de Zalamea, Pedro Crespo, acoge en su casa a la milicia real que va camino de la Guerra en Portugal. El capitán se aprovecha de su hija, y Pedro, nombrado alcalde durante el drama familiar, decide tomar la justicia por su mano sentenciando al capitán.
Con un lenguaje en verso muy cuidado, es a la vez comprensible para el espectador, que pese a alguna dificultad de comprensión léxica, no se sale del hilo conductor de la historia. Y situados ya en la obra, hablemos ahora de la calidad de interpretación allí subida.
Todos los papeles quedaban bien definidos, dibujando perfectamente el carácter de la época y diferenciando la sencillez del pueblo llano frente al renombre de la nobleza. Destacamos al propio Pedro Crespo (Joaquín Notario), y al gran General don Lope de Figueroa (José Luis Santos), porque ambos personajes crean una relación, primero cordial y luego amistosa, que se transmite y marca al público, además de los tintes jocosos que convierten muchos momentos en cómicos. Otros personajes que también sacaron más de una carcajada al público fueron Rebolledo (David Lorente), "La Chispa" (Pepa Pedroche) y Nuño (José Juan Rodríguez), que desahogaban en algún momento la densidad de la composición.
Un teatro clásico de buen sabor de boca. Un trabajo muy bien hecho. Desde aquí un abrazo y mucho ánimo para ese Alcalde de Zalamea que pronto aterrizará en las tablas de Valladolid, Bilbao e incluso Sudamérica. Mostradles ese Calderón que haceis vivir durante 110 minutos, con una interpretación que se merece un aplauso de horas.
Aquí tenemos a los simpáticos actores de la CNTC, que nos mandan un saludo (habla David Lorente). GRACIAS!
Interesantísima entrada. Actualización a actualiación vas haciendo más cercano el mundo del teatro a los que no somos tan asiduos a él.
ResponderEliminarSigue así!! Ah, muy bien hecho el detalle del video: me gusta ;) Un besazo
A veces da igual si son dos tablas, que si son veinte, siempre que se logre captar la atención del público con una buena interpretación. mua
ResponderEliminarSé todo aquello que cabe
ResponderEliminaren un general farsante;
sé todos los requisitos
que un farsante ha de tener
para serlo, que han de ser
tan raros como infinitos.
De gran memoria, primero;
segundo, de suelta lengua;
y que no padezca mengua
de galas es lo tercero.
Buen talle no le perdono,
si es que ha de hacer los galanes;
no afectado en ademanes,
ni ha de recitar con tono.
Con descuido cuidadoso,
grave anciano, joven presto,
enamorado compuesto,
con rabia si está celoso.
Ha de recitar de modo,
con tanta industria y cordura,
que se vuelva en la figura
que hace de todo en todo.
A los versos ha de dar
valor con su lengua experta,
y a la fábula que es muerta
ha de hacer resucitar.
Ha de sacar con espanto
las lágrimas de la risa,
y hacer que vuelvan con [p]risa
otra vez al triste llanto.
Ha de hacer que aquel semblante
que él mostrare, todo oyente
le muestre, y será excelente
si hace aquesto el recitante.
Carvantes
Gracias a Visel y este gran poema sobre el trabajo del actor =)
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