Otro telón que se va...

Es un año donde los grandes se hacen tan grandes que no caben más aquí. Y se van. Y nos dejan. Pero, afortunadamente vuelven cuando los invocamos a través de cualquier pantalla (probablemente de ordenador).

Se nos va Florinda Chico, "la Toñi" -para aquellos de mi generación- de La casa de los líos de Arturo Fernández, la que hacía "las mejores croquetas" (y publicó dos libros de cocina). Desde las tablas virtuales, no podemos dejar de rendir un pequeño homenaje, un pequeño espacio a esta grande de la interpretación, que quizás un poquito encasillada en papeles campechanos, no dejó de deleitarnos y de hacernos reír. Viene a parar a undostresaescena, porque a pesar de dejar 100 títulos de películas, también deja un recorrido sobre los escenarios, sobre nuestras famosas tablas.

Debutó con veinte años en La Latina, gracias a su descubridor Jacinto Guerrero, quien le abrió todas las puertas, y no fue hasta los 77 cuando decidió alejarse de los telones. Un tesón infalible y un amor muy grande por la interpretación nos dejó como lección esta mujer, que se despidió de los escenarios en 2004 con una obra escrita por Rafael Mendizábal, Que me quiten lo bailao (la reina castiza), un monólogo sobre los recuerdos de Isabel II. Esto permitía a la actriz ironizar en las entrevistas, cuando decía: "Empecé siendo vedette y acabo siendo una reina: esto es el teatro".Chico representaba esta obra sentada en escena debido a que sus problemas de rodilla la impedían permanecer de pie si no era ayudada por un bastón. Todo un logro y un ejemplo de superación, que finalmente acabó retirando a la artista.

Entre sus títulos teatrales destacamos su intervención en El sol en el hormiguero, de Antonio Gala; Los malhechores del bien, de Benavente; La rosa de papel y La cabeza del Bautista, de Valle-Inclán; ¿Quién quiere una copla del Arcipreste de Hita?, de Martín Recuerda... Obtuvo un premio de reconocimento, el Premio Ercilla 1997 a toda una vida en el teatro. Un reconocimiento más que merecido a alguien que se desvivió por aportar un cacho de historia al teatro español. Su estilo le hizo fabricar un gran telón particular, que sería referencia de otros/as posteriores actores.

Ayer, a sus 84 años nos dejaba tras una dificultad respiratoria debida a la neumonía que padecía. Desde las tablas virtuales dejamos este pequeño rincón en memoria de una grande.

Para más detalles, merece la pena leer su biografía "Florinda Chico. El gran teatro del mundo",  escrita por el periodista Juan Antonio Pérez Mateos. Hasta siempre, Florinda.